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Programa de prevención de riesgos graves: más allá del método FINE

La prevención de riesgos laborales suele partir de la evaluación de riesgos, realizada según metodologías simples como la FINE. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando no es suficiente con aplicar el método FINE? ¿Qué programas de prevención de riesgos o metodologías son las más adecuadas para evitar riesgos catastróficos? En el presente artículo se identifican distintas situaciones en las que la metodología FINE debe ser complementada.

Programas de prevención de riesgos para prevenir accidentes graves o catastróficos

La experiencia en el desarrollo de evaluaciones de riesgos para la Gran Industria lleva en muchas ocasiones a tener que evaluar cientos de puestos de trabajo que, una vez combinados con los factores de riesgos, pueden resultar en miles de situaciones potencialmente peligrosas que hay que evaluar y gestionar.

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Ante esta tesitura, y principalmente por una cuestión de criterios de eficacia, se puede aplicar simplemente la metodología FINE de forma generalizada. De hecho, solo asignar probabilidades y consecuencias ya implica de por sí un esfuerzo considerable. Pero, una vez asignadas estas probabilidades y consecuencias, ¿qué más hay que hacer? ¿Cómo se debería determinar la necesidad o conveniencia de realizar mediciones higiénicas o evaluaciones ergonómicas o de factores psicosociales? ¿Qué sucede con los riesgos que pueden provocar accidentes con graves consecuencias, incluyendo graves lesiones, muertes o consecuencias catastróficas?

Cómo determinar la necesidad o conveniencia de realizar mediciones higiénicas

Si el número de agentes químicos peligrosos son relativamente pocos, se deben medir todos ellos, aplicando los criterios de la UNE 689 para planificar las sucesivas evaluaciones o descartar algún agente. En el caso de que se trate de laboratorios o entornos con un alto número de agentes, lo más recomendable será acometer screenings o acudir a métodos simplificados, como el del INRS o el COSHH.

En el caso de ruido o vibraciones, un simple screening debería dar suficiente información. En el caso de los CEM, recomendamos aplicar la Guía de buenas prácticas para la aplicación de la Directiva 2013/35/UE. Asimismo, para los casos en los que haya presencia de agentes biológicos, lo más recomendable sería aplicar Biogaval.

En cualquier caso, se debe reflejar en la evaluación de riesgos y en la correspondiente planificación preventiva, la necesidad de acometer estas mediciones o evaluaciones detalladas, en una primera etapa, o incorporando las medidas correctoras derivadas de sus resultados.

Evaluaciones ergonómicas y de factores psicosociales

En el caso de las evaluaciones ergonómicas, a menudo suele ser suficiente con la apreciación profesional directa. En otras ocasiones, se deberá acudir a métodos simplificados, como el del IBV, aplicado en primer lugar grosso modo, para, más tarde, aplicarlo con detalle si fuera necesario.

En relación con los factores psicosociales, la recomendación es aplicar encuestas como ISTAS o PSICO a modo de primer indicativo de posibles problemas, siempre y cuando no se hayan detectado otros indicadores de la existencia de problemas (alta rotación, absentismo, enfermedades con posible relación con el estrés, denuncias de mobbing, etc.).

Una vez más, las propias evaluaciones o las medidas resultantes serán las que deberán figurar en la evaluación de riesgos y en la planificación preventiva. Es decir, entrar a formar parte del plan o programa de prevención de riesgos considerado de forma global.

Programas de prevención de riesgos para accidentes laborales graves y catastróficos

Cuando se trata de industrias de proceso que manejan sustancias peligrosas, metodologías como el HAZOP son las más indicadas para identificar las medidas correctoras que deberán ser implantadas. En este sentido, se recomienda introducir en la planificación preventiva la necesidad de acometer los HAZOPs identificados como necesarios, o las medidas correctoras derivadas de su aplicación, si no se dispone de otro instrumento de planificación efectivo.

En cualquier caso, la experiencia y la bibliografía indican que la mayoría de los accidentes graves o catastróficos en la gran industria se han debido a errores humanos. Ante esto, podría parecer lógico responsabilizar a los trabajadores de estos errores y adoptar acciones correctoras focalizadas en ellos (mayor sensibilización, formación, supervisión, acciones disciplinarias, etc.).

Sin embargo, enfocando de este modo el error humano, se ignorarían los factores latentes (factores ambientales, organizativos, físicos, etc.) que, junto con las características de los individuos, contribuyen a que se produzcan los errores.

Por lo tanto, el problema de realizar evaluaciones de riesgo sólo con métodos simplificados es el de no tratar de un modo adecuado el factor humano, lo que deja abierta la posibilidad de que no se evalúen de manera sistemática accidentes laborales graves o catastróficos y, en consecuencia, que tampoco puedan ser prevenidos.

Recomendaciones para controlar los riesgos debidos al factor humano

En primer lugar, recomendamos listar las tareas cuyos riesgos puedan presentar las peores consecuencias creíbles. A continuación, se debería proceder a analizarlas, así como las medidas correctoras a acometer y que pueden ser identificadas de un modo directo o si estas requieren un estudio más detallado.

En efecto, al igual que es habitual incluir en la planificación preventiva las evaluaciones higiénicas, ergonómicas o de factores psicosociales a realizar, se deben planificar estudios de detalle para identificar las medidas correctoras cuando se trata de evitar accidentes con graves consecuencias.

Qué metodología se aplica para este tipo de riesgos

Una vez listadas las tareas que pueden presentar las peores consecuencias creíbles, se deberá realizar un análisis de estas tareas críticas o, en caso de que se requiera un análisis más detallado, usar metodologías como el Human HAZOP, árboles de fallos o Bow-Tie.

La elección de una metodología u otra va a depender de las características de la propia tarea. No es lo mismo una tarea de operación con unos pasos preestablecidos a seguir que una basada en una toma de decisiones o unos trabajos de mantenimiento.

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