Si utilizamos los mapas de ruido para representar la emisión sonora de la planta industrial en estudio, debemos tener siempre presente que índice y sobre qué panorama de tiempo se están representando los niveles sonoros.
Estos mapas de ruido pueden representar niveles de presión sonora (NPS o Lp), pueden representar LAeq(t) (es decir niveles continuos equivalentes para un periodo de tiempo determinado: segundos, minutos, horas, días o años), e incluso el índice Lk(t) (el necesario para valora la inmisión sonora).
Como comentamos anteriormente es muy posible que cualquier estudio acústico requiera de diferentes mapas de ruido que analizar (y no sólo para presentar periodos de día, tarde y de noche), y algunos incluso a diferentes alturas (cotas relativas).
Recomendamos que, adicionalmente a los mapas de ruido, se seleccionen puntos estratégicos como ‘receptores’ para analizar de forma cuantitativa y cualitativa los valores. Un primer análisis de los mapas de ruido nos debe de ayudar a seleccionar los puntos más críticos de la emisión sonora de la planta, sobre todos en los que afectan a su perímetro: recordemos que el RD 1367/07 especifica claramente que debe de cumplir en todos los puntos y en las condiciones.
Este análisis de resultados debe de mostrarnos viabilidad para cumplir con todos los límites sonoros medioambientales que le son de aplicación al estudio, o bien identificarnos puntos, zonas y áreas en las que se superan estos valores. Para tales casos requeriremos aplicar técnicas de reingeniería acústica.
Lo debemos dejar a un lado es la utilidad de realizar mapas acústicos de superación de valores para identificar las zonas en las que se superan los límites (por ejemplo zonas con un Lkn>58 dBA).
Reingeniería acústica
El estudio acústico debe demostrar la viabilidad de la nueva actividad industrial para cumplir con todos los límites sonoros ambientales. Si los resultados de los cálculos y/o de los modelos iniciales nos muestran que hay receptores y/o zonas en las que se superan los límites, será necesaria proponer medidas para reducir estas emisiones.
Dejando al margen posibles medidas organizativas y/o de modificaciones del lay out de la planta, o bien selección de otra tecnología menos ruidosa, queremos destacar la representación de medidas de reducción sonora pasiva cuando se usan modelos acústicos y modelos de cálculos.
Nos referimos a representar en modelos teóricos el uso de pantallas acústicas, cerramientos acústicos, encapsulamientos, silenciadores, rejillas acústicas, puertas acústicas, sistemas anti vibratorios, sistemas acústicamente absorbentes, revestimientos de tuberías, insonorización de paredes y de cubiertas. Enumeramos a continuación algunas recomendaciones:
- Sobre las pantallas acústicas: dejando al margen obviedades sobre las dimensiones y la viabilidad de ser ubicadas en determinados sitios de la planta, recordemos que debemos de considerar la componente de aislamiento y de absorción acústica de estas pantallas y su repercusión que tiene relativo al espectro sonoro receptor en cuanto a la atenuación acústica que proporcionan. Recomendamos tener una especial atención cuando proponemos como solución para cumplir con los límites en el perímetro de una planta la colocación de pantallas acústicas, dado que pueden existir determinados reglamentos autonómicos y/o Ordenanzas Municipales que sobre esta configuración condición en la ubicación del punto receptor de valoración por encima o a una determinada distancia de la pantalla. Tengamos presente que, muy posiblemente, cuando usamos pantallas acústicas hay zonas alejadas y, por lo tanto, del límite de propiedad en las que los niveles sonoros son superiores a los que tenemos en las proximidades, desplazando por lo tanto el punto receptor a la hora de evaluar resultados mediante métodos de medición sonora.
- Sobre modelar encapsulamientos, silenciadores y rejillas acústicas: para ellos recomendamos utilizar siempre la norma de referencia ISO para argumentar la atenuación acústica que estos equipos deben de proporcionar. Recomendamos que el estudio indique claramente la atenuación acústica que por ejemplo un silenciador debe proporcionar, pero también el nuevo modelo debe considerar la ubicación y las dimensiones de estos equipos, lo cual conlleva variaciones de superficies radiantes (m2), directividades y espectros de emisión sonora. Modelar un encapsulamiento posiblemente dé lugar a pasar de considerar una fuente puntual a una fuente superficial…. En cualquier caso recomendamos que el modelo acústico acote la emisión máxima considerada a cierta distancia de estos equipos tratados, para limitar las condiciones de contorno de emisión.
Estas distancias, a las cuales acotar la emisión sonora de los equipos acústicamente tratados (o de los edificios), debe seguir las recomendaciones de las Normas ISO 3744 y la ISO 3746 o bien considerar una distancia mínima tal que coincida con la magnitud relativa más relevante de las dimensiones del focos de ruido tratado (ancho, alto o largo).
Limitar la emisión sonora máxima a un (1) metro de distancia puede estar mayorando la condición de contorno y por lo tanto ir en contra de los intereses del promotor de la nueva planta industrial.
- Cuando sean necesarios tratamientos en fuentes de ruidos ubicadas en el interior de un edificio el diseño de las soluciones puede justificarse mediante diseño de aislamientos y de absorciones acústicas, la colocación de puertas acústicas, silenciadores y cualquier otro elemento de atenuación sonora que afecta a la emisión del edificio, o bien actuando sobre los propios focos de ruidos en el interior de edificios (cabinas, encapsulamientos, revestimientos de conductos, silenciadores, etc). En cualquier caso, las recomendaciones son similares a la anteriores: no sólo limitarnos a indicar la atenuación acústica de cada elemento sino también proponer condiciones de contorno de emisiones máximas a determinadas distancias de los focos de ruidos que puedan ser medibles y comprobables una vez implantadas
Posiblemente, todo este proceso de reingeniería acústica requiere de un periodo de reiteración de posibles soluciones y un análisis de sensibilidad ‘coste/beneficio’.
Aquí es este el momento en la que la experiencia de los ingenieros en diseño de sistemas de control de ruido tiene su máximo valor. Y son los casos en los que justifica encargar este tipo de estudios acústicos a empresas con capacidad global de ingeniería acústica: consultoría, ingeniería, diseñadores e implantadores de soluciones. Empresas con estas capacidades reducirán los riesgos y sobre todo optimizarán las posibles soluciones para hacer viable el proyecto desde un punto de vista acústico.
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