El concepto de economía circular persigue la producción de bienes y servicios reduciendo en paralelo el uso de los recursos necesarios: materias primas, agua y energía. Se trata de implementar un nuevo modelo, que cierre el ciclo de vida de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía, que haga sostenible el desarrollo económico. Este enfoque es especialmente importante en sectores donde las cantidades de materiales primas que se utilizan son muy elevadas. Un buen ejemplo lo encontramos en el agua en la industria, donde su utilización en los procesos de fabricación es tan elevada que constituye uno de las principales fuentes de consumo de este recurso tan importante.
En línea con este concepto, la Comisión Europea (CE), a través de la Estrategia Europa 2020, establece la utilización eficaz de los recursos como una de las iniciativas clave para generar un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Esta estrategia persigue estructurar un marco que ayude en el camino hacia una economía más eficiente y con las que se permita mejorar los resultados económicos, impulsar la innovación y competitividad, garantizar el suministro de recursos y reducir el impacto, especialmente el medioambiental.
Regeneración y reutilización del agua en la industria: en busca de una economía circular que garantice el vertido cero
En el marco de la economía circular, la regeneración y reutilización del agua en la industria es una herramienta esencial en la reducción de los consumos y la preservación de un recurso tan valioso. La posición actual de la CE con respecto a la reutilización del agua es clara sobre el reto futuro que supone tanto en el tratamiento de aguas industriales como urbanas, postura que aparece en lugar destacado en su ’Strategic Implementation Plan of the European Innovation Partnership on Water’.
De acuerdo con esta propuesta, la reutilización puede ser beneficiosa medioambientalmente tanto en términos cuantitativos —por no ser necesarios aportes adicionales— como cualitativos —aliviando la presión de descarga de los efluentes a las zonas sensibles—. Por otra parte, la reutilización del agua requiere a menudo menores costes de inversión y de energía —comparada con otras fuentes como la desalinización o los trasvases— contribuyendo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y a la implementación de una economía circular beneficiosa para todas las partes implicadas.
Además, la maximización de la reutilización del agua es también un objetivo específico remarcado en la comunicación ’Blueprint to safeguard Europe’s water resources’ de la CE, cuya máxima aspiración sería conseguir el objetivo de Vertido Cero, entendido como aquella situación en la que la reutilización del agua en la industria y otros sectores sería cercana al 100% del agua utilizada durante los procesos industriales.
Centrándonos en las actividades industriales, cabe señalar que la optimización de los consumos y la reutilización del agua son ya prácticas comunes en muchos sectores. Aún así, la CE está estudiando potenciarla mediante la inclusión de la reutilización en los documentos de Mejores Técnicas Disponibles (BREF) de referencia para los sectores industriales, en el marco del ámbito de la Directiva de Emisiones Industriales (2010/75/UE).
Es reseñable también cómo numerosos aspectos relacionados con la reutilización y el tratamiento de aguas industriales continúan siendo objeto de investigación e innovación. De hecho, existe un apoyo a dichas labores por parte de la Comisión Europea, especialmente en el caso de las orientadas a facilitar la mejora de las instalaciones de tratamiento, el desarrollo de tecnologías inteligentes y la reducción del consumo de energía en los procesos de tratamientos de agua en la industria.
En este contexto, y fruto de la necesidad industrial de reducir el consumo de agua, surgió hace años el concepto de Vertido Cero (ZLD en sus siglas en inglés), que reduce hasta su mínima expresión los vertidos de las instalaciones, minimizando los consumos y el impacto ambiental.
Agua en la industria: soluciones tecnológicas para el vertido cero
El Vertido Cero integra diferentes soluciones tecnológicas adaptadas a cada situación y que permiten —además de la reutilización del agua, también el reciclaje y valorización de los residuos líquidos finales cuando sea viable— y siempre con la intención de reducir el impacto ambiental global y optimizar el balance energético del tratamiento. Se trata de un ejemplo más de economía circular en la que, la basura y los desperdicios —por ejemplo las aguas residuales— son vistos como materias prima potenciales que pueden volver a ser usados una y otra vez.
Estas tecnologías podríamos dividirlas en las denominadas “clásicas” y las que se podrían definir como de “nueva generación”. Dentro de las primeras podríamos citar las siguientes, entre otras:
- Filtración mecánica
- Filtración de arena
- Filtración con carbón activo
- Descalcificación
- Desmineralización mediante resinas
- Tratamientos Físico-Químicos
- Floculación / Coagulación
- Tratamiento de Lodos
Estas tecnologías están muy extendidas como complementos, pero no se centran en labores de recuperación.
Dentro de las de nueva generación en el tratamiento del agua en la industria, cabrían destacar las siguientes:
- Ultrafiltración
- Ósmosis Inversa de uno o varios pasos, con un notable desarrollo en las eficiencias y resistencias de las membranas, con la consiguiente reducción de los costes energéticos, de operación y de mantenimiento
- Resinas selectivas
- Recuperaciones electroquímicas
- Diálisis ácida o alcalina
- Electrodesionización
- Tecnologías de Nanoparticulas
- Evaporación por Termocompresión, con una importante evolución en la optimización de los consumos energéticos asociados
- Evaporación mediante energía externa, cada vez más usada por su potencial para aprovechar las energías residuales de los procesos
La implantación de sistemas de Vertido Cero en las instalaciones industriales presenta ventajas para cada una de las partes interesadas, y constituye un elemento de gran valía dentro de los parámetros de la economía circular y la reducción del impacto en el medio ambiente. De este modo, la Administración cuenta con una tecnología como aliada para el cumplimiento de la normativa en torno al consumo y la calidad ambiental. Además, hay que tener en cuenta que, para el sector industrial, supone una mejora de su competitividad mediante la reducción de costes asociados al consumo de agua y vertidos, así como una mejora importante de su imagen ambiental frente a su entorno, por lo que representa un valor añadido en todos los sentidos.
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