La Cultura Preventiva, como tantos otros conceptos recurrentes hoy en día, a veces no se entiende correctamente. Por ello, hacemos un breve resumen de algunas de las claves que encierra la Cultura de Seguridad o Cultura Preventiva.
Cultura Preventiva o de Seguridad y Cultura Empresarial
La Cultura de Seguridad, en una organización, guarda una estrecha relación con la Cultura Empresarial de la organización. Podríamos hacer una primera definición de Cultura Empresarial como “la manera en que se hacen las cosas en una determinada empresa” (lo que lleva implícito todos los porqués que llevan a esa forma determinada de actuar).
Parece claro que la Cultura de una organización está modelada por los siguientes elementos:
- El modo en el que interactúan los diferentes integrantes de la organización.
- Las acciones y eventos que son característicos de la organización.
- El modo en el que la organización reacciona a las acciones y eventos (previstos e imprevistos) que suceden.
- El perfil del triunfador en la organización, qué se premia y qué se desincentiva, así como cuáles son los modelos a seguir dentro de la organización en particular.
Es decir, la Cultura Empresarial hace referencia a qué se hace, cómo se hace, qué se permite hacer, qué no se permite hacer, cómo se reacciona ante lo que sucede o no, y qué y a quiénes y por qué se premia. Por lo tanto, la Cultura se manifiesta en comportamientos y en acciones, y no tanto en documentos, manifiestos y declaraciones, por más institucionales que sean.
La Cultura se configura como un sentido de identidad que comparten los miembros de una organización, que facilita la generación de compromisos, que a su vez llevan a una filosofía de gestión, que a su vez lleva a legitimar ciertas actividades y a no hacerlo con otras, comprometiendo de nuevo al personal, cerrando de esta manera el círculo.
Se ha mencionado hasta ahora en distintas ocasiones el término “organizaciones”. Pues bien, al hablar de organizaciones es necesario establecer límites. En efecto, dentro de una organización, aunque haya identificación de sus miembros en estilos, códigos, símbolos y hasta en la vestimenta y el lenguaje usados, puede haber diferencias significativas entre diferentes unidades y colectivos. De este modo, pueden existir diferentes culturas y que, estas a su vez, estén en conflicto entre ellas.
Éte es un aspecto que a veces pasa desapercibido. De hecho, en muchas organizaciones debería hablarse de Culturas Empresariales (o Culturas de Seguridad), en plural, y debería reflexionarse sobre la conveniencia de mantener diferencias significativas entre los diferentes colectivos.
Cultura de Seguridad
Suele atribuirse el nacimiento del término de Cultura de Seguridad a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés). Esta identifico una “pobre cultura de la seguridad” como un factor contribuyente al desastre de Chernóbil en 1986. A partir de aquí, es cuando se comienza a difundir y a analizar el concepto de Cultura de Seguridad o Cultura Preventiva.
Diversos autores sostienen que la Cultura de Seguridad es una propiedad del sistema cultura, que produce la concepción social de lo que es peligroso o seguro, y qué actitudes y conductas son las apropiadas frente al riesgo, el peligro y la seguridad.
De las numerosísimas definiciones de Cultura de Seguridad existentes, nos quedamos con la siguiente: “Conjunto de valores, actitudes, creencias, suposiciones, percepciones y normas compartidas, que pueden dirigir la toma de decisiones en la Organización, así como las actitudes y comportamientos individuales y grupales en materia de Seguridad”.
Cultura Preventiva y Clima de seguridad
Al igual que se recurre con muchísima frecuencia al concepto de Cultura de Seguridad, pocas veces se hace referencia al de Clima de Seguridad.
Algunas diferencias significativas entre Clima y Cultura son las siguientes:
Cultura de Seguridad:
- Tiene que ver más con la Sociología, por cuanto se refiere a la contribución de cada individuo al colectivo.
- Tiene un carácter más permanente, aún con posibles vaivenes. O sea, que es relativamente duradera, estable y resistente al cambio.
- Se refiere a los valores compartidos por todos los miembros de una organización, o por un determinado grupo, dentro de la organización.
- Tiene impacto en el comportamiento de los integrantes del grupo.
Clima de Seguridad:
- Tiene que ver más con la Psicología, al referirse a la percepción de cada individuo.
- Tiene un carácter más temporal: se refiere a un cierto momento en la organización. Es, por tanto, un fenómeno temporal, una “foto”, relativamente inestable y sujeto a cambio.
- Depende de los factores ambientales y coyunturales que afecten a una organización en el momento de la “foto”.
Cultura de Seguridad y Cultura de la información y del reporte: tratamiento de la culpa
La información es un aspecto básico de la Cultura de Seguridad. La Cultura de Seguridad, para que sea positiva, debe incluir necesariamente una adecuada Cultura de la Información y del Reporte, en la que las personas estén preparadas para informar sobre los errores y descuidos a cualquier nivel jerárquico, con una adecuada gestión de la culpa.
En efecto, si la culpa es la respuesta rutinaria al error, la cultura del reporte caerá y los accidentes no tardarán en crecer. Y si no se hace un tratamiento adecuado de las lecciones que nos ofrecen los errores, tampoco se habrá hecho nada por prevenirlos.
En definitiva, una organización que desea desarrollar una adecuada Cultura de Seguridad:
- Debe fomentar el reporte, el trasiego natural de la información relacionada con la Seguridad, incluyendo los errores cometidos, erradicando la idea de culpa y de castigo al mensajero.
- Debe tener capacidad de aprendizaje, debe obligarse a aprender de los errores, contando con el personal que esté en mejores condiciones para sacar enseñanzas de estos errores.
Relevancia de la Cultura de Seguridad
De este modo, se puede decir que el nivel de la Cultura de Seguridad (tanto en toda la organización en su conjunto como en cada uno de los diferentes colectivos), determinará la facilidad, dificultad o imposibilidad real para absorber, e incluso impulsar, nuevas iniciativas que mejoren la Seguridad.
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